MORALEJAS
Había una vez una mosca, que consciente de que su vida sería breve, decidió volar lo más alto posible.
Llegado un punto, una corriente de aire se la llevó lejos, y acabó en una isla en donde un genio estaba esclavizado a crear vientos durante el resto de su existencia.
Misericordioso, se compadeció de haber malgastado el tiempo de vida de un ser mortal tan fugaz, y le concedió un deseo.
Y la mosca, consciente de que jamás volaría más alto, deseó, no haber nacido.
MORALEJA: LA VIDA ES EL CAMINO, Y LOS ATAJOS, MORIR.
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Érase una vez una casa con cristales sucios. Los vecinos se reían de los dueños, y se empeñaban en buscarles fallos. Pero aparentemente, eran personas normales.
Alegando que empobrecía el ambiente del vecindario, acudieron a la casa a mostrar su disconformidad con ese hecho. A lo que el padre respondió educadamente:
-Les enseño a mis hijos que es imposible mantener la perfección; y que si algo debe estar empañado en nuestras vidas, que sean los cristales a través de los cuales nos ven los demás.
MORALEJA: MANTÉN TU INTIMIDAD A SALVO.
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Érase una vez, una ardilla que quería conocer el mundo. Había estado mucho tiempo viendo el hermoso paisaje desde las ramas, como si fuesen cuadros, y decidió que quería ser parte de él.
Así que se bajó del árbol, y con cuidado, emprendió su aventura.
Llegó a una llanura, y en medio de ésta, le sorprendió un zorro.
- Dónde vas?- le preguntó el zorro.
La ardilla conocía las intenciones del lobo. Pues era leyenda conocida entre todas las ardillas que son sus enemigos.
Pero analizó las circunstancias, y huir la expondría a la carrera veloz del zorro, y no había árboles a los que trepar para esconderse. Desde el momento en que le había hablado, había empezado una partida de ajedrez. Pero las ardillas no saben que los lobos son más listos.
- Voy a buscar un país de ardillas. Mi madre se crió en él, pero desde que se murió, estoy muy sola y busco compañía - le respondió, confiando en que su codicia fuese su salvación.
- Entonces deja que te lleve, y a mis lomos llegarás antes, y yo podré ver ese hermoso país.
No sin miedo, lo hizo, y continuaron avanzando por la llanura. Momentos después, otro zorro los alcanzó y le dijo a la ardilla:
-Tal y como tú no tenías un árbol al que huir, él no tenía dientes con los que masticarte. Por eso te compartiremos, a cambio de que yo le mastique la comida.
MORALEJA: ZORRO HABLADOR POCO MORDEDOR, PERO ZORRO IGUALMENTE.
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